jueves, 16 de abril de 2009

Algunas claves para la práctica meditativa

...cuando ustedes logren estar ahí correctamente, adentro en el mundo interior, en la caverna de silencio en que se escucha aquel rumor de lo Insondable, sepan que ésa es la actitud de escucha correcta. Eso es lo que deber ser escuchado, Eso insondable… En la oscuridad profunda de la interioridad, lo que debe percibirse es la ausencia de todo color y forma. Sepan que ésta es la actitud interior correcta.
Pero Eso es innombrable. A veces, simplemente el hecho mismo de ser profundamente conscientes emerge como el burbujeo de la Conciencia viva, un burbujeo vivo de atención, de presencia…, la presencia que es necesaria para poder fluir en ese instante de presente. Pero no es algo que pueda ser expresado; es algo que se encuentra cuando uno deja mentalmente de buscar y que, cuando se topa con ello, no se logra poseer. La primera parte es permitir que ello aparezca, y la segunda parte es dejar que siga ello. A veces ello aparece pero interponemos la necesidad de saber qué es, y entonces lo perdemos. Ello es algo que debe emerger por sí mismo. Ese algo, cuando sale por sí mismo, no debe ser retirado, no debe ser contrariado; debe permitirse que esté ahí, que siga. No se lo puede apaciguar con la presencia de uno mismo como un yo. Es complejo lograr correctamente esta actitud. Les he hablado durante muchos años de la importancia del Presente; les he dicho también muchas veces que la práctica interna consiste en atender a la atención. Pero entiendan: no hay un objeto llamado “atención”. Allí adentro, en el mundo interior, no hay un objeto denominado “presencia”, tampoco hay un objeto llamado “presente”; no existe esto. No existe algo que se pueda atender como “presencia”, no existe algo que se pueda atender como “presente” ni existe algo que se pueda atender como “atención”. Todo ello son facultades inindagables. Y he ahí, entonces, que la práctica interior es una especie de destreza, de equilibrio interior. Es como una entrega y una no-entrega, es como comprensión y nocomprensión, es como ser y como no-ser, es como estar y como no-estar. Es algo que fluye allí y, cuando emerge, basta la calidad de ello para que ello siga existiendo. Esta es la actitud correcta con la que se debe fluir en ese mundo interior, para no interferirlo con pensamientos ni con emociones ni con sentimientos.

Sesha. Internado de Meditación, Angosto, marzo 2006

Fragmentos

“El que no es capaz de escrutar los repliegues de su propio rostro ¿tiene acaso derecho a apuntar con el dedo hacia las arrugas del corazón de otro? Todos tenemos en alguna parte de nosotros mismos alguna túnica que lavar, y lo que llamamos Destino crea las circunstancias adecuadas para que llevemos a cabo la tarea. Si lo comprendiéramos… Deberíamos al menos tener la humildad de admitirlo y la paciencia de vivirlo”.

El otro rostro de Jesús II. Daniel Meurois-Givaudan

Y llené mis manos de estrellas para iluminar mi universo