jueves, 27 de enero de 2011

Mi eternidad no está en tus brazos
a pesar de rodearme cada noche.
No está en tus labios
a pesar de los susurros y los besos.
No está en tu voz
a pesar de las palabras, las promesas.
No está en tu tiempo
a pesar de aferrarme a tu presencia.
Mi eternidad
se busca en tí… sin éxito.
Y sin embargo sé
que cuando se muestre,
mi eternidad,
ha de saber reconocerse en
tus brazos,
tus labios,
tus besos,
tus palabras,
tus promesas,
tu tiempo,
tu propia eternidad…
que también es la mía.

No hay comentarios:


Y llené mis manos de estrellas para iluminar mi universo