jueves, 27 de enero de 2011

Mis dedos

Aquí están mis dedos hilvanando palabras,
pretendiendo otorgarles el sentido que mis labios no encuentran.
Desordenados mis dedos...juguetean ruidosos,
esperan, se contienen,desparraman ideas.

Aquí van mis dedos, desbocados,
recogiendo el dictado que nace y muere en mi boca
y que sólo ellos a escuchar alcanzan.

Infatigables, mis dedos
derraman lo que no habrá de derramar sonido alguno.
Comentan sin miedo sobre la infinitud del alma.
Como si ellos pudieran nombrarla…
y alcanzarla.
Como si ellos, infelices…pudieran poner letras al silencio.

Sobre el papel, mis dedos, van deslizando sueños,
dibujando arco iris de inocencias,
destilando sonrisas,
acunando caricias... y siguen...
Siguen deshilachando retales del alma…
pero cuando llega a los labios, la pobre, siempre se queda muda.

Enamorados mis dedos, intentan expresar qué les envuelve,
qué les cautiva y embelesa.
Pretenden comprender por qué tiemblan, dudan, titubean …
y no son capaces de escribirse a sí mismos con palabras.

Cautelosos, mis dedos, se han quedado callados,
han rozado mis labios y simplemente escuchan.
Suena una canción tan hermosa...

Brota desde el alma y fluye hasta mi boca dulcemente.
Allí ha de quedarse dormida, esperando a ser nombrada.

Pero mis dedos saben que no han de alcanzarla nunca.
Ellos no saben escribir palabras infinitas, no pueden
poner voz a los silencios del alma.

Plenitud y vacío abrazados en la misma madeja de canciones

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Y llené mis manos de estrellas para iluminar mi universo